Agárrense que vienen curvas. Vendrán en forma de un nuevo tarifazo de la luz, y ya van tantos que hemos perdido la cuenta. Según datos del Ministerio de Industria, el recibo de la luz ha aumentado un 71% en la última década. Ahora, cada hogar español paga de media 615 euros al año (la cifra asciende a 990 euros anuales según este informe del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía). Y como decimos, ya hay a la vista otro incremento, que se repetirá, según parece, cada mes de enero durante los próximos 15 años.
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Ante este panorama, y con una situación económica delicada para muchos (por no decir precaria) el ahorro de energía se ha convertido en una necesidad fundamental. Hay que reducir gastos en todo lo posible. E incluso si somos de los afortunados a los que la crisis no ha golpeado con toda su dureza, la contención en el gasto de energía sigue siendo recomendable. Parafraseando un eslogan muy popular en los 70, tras la crisis del petróleo, “aunque usted pueda pagarlo, España no puede”.
Además de cambiar ligeramente nuestras costumbres, existe todo un universo de gadgets y herramientas creados para reducir nuestro consumo de energía en mayor o menor medida y ayudarnos a ir bajando la fatídica cifra del recibo de la luz. Aparte de los ingenios más básicos y caseros (como esta estufa de los pobres que probamos en Teknautas), existen inventos que combinan la domótica con la electrónica y la conectividad para que pagar los recibos sea, al menos, un poco más fácil.
Conocer al detalle nuestro consumo eléctrico
Empezamos con un dispositivo que no sirve exactamente para ahorrar, sino para conocer en detalle nuestro consumo, lo que supone un primer paso para reducirlo. Los medidores de consumo energético que se pueden encontrar en el mercado van desde los 20 euros hasta los casi 100, según sus características.
Los medidores de consumo individual, como el Socket de Efergy, son los más sencillos y baratos (este cuesta 24,90 euros). Cuentan con un sensor que se aplica a un solo enchufe y un dispositivo con una pantalla (según el modelo, la pantalla va insertada en el propio sensor), similar a un reloj de mesa. Miden el consumo del dispositivo (o dispositivos, si utilizamos un ladrón múltiple) que tengamos conectado en esa toma, por lo que son muy útiles si queremos saber cuánto consume uno de nuestros aparatos en concreto.

Por otra parte, podemos utilizar un medidor de consumo total, como el Engage Hub kit, también de Efergy, para saber cuánta energía estamos utilizando en toda la casa en un momento concreto, e incluso mantener un seguimiento en el tiempo. Este kit cuenta con un sensor en forma de pinza que se conecta al cable de entrada de corriente en el cuadro eléctrico, un emisor situado fuera del cuadro y una centralita conectada al router.
La información se descarga en el ordenador y se puede seguir la evolución del consumo por meses, semanas, días, medias diarias… en forma de tablas de datos y en gráficos. Con la idea de motivar el ahorro, se pueden comparar nuestros registros con los de otros usuarios así como compartir consejos para seguir mejorando
¿Me meto en reformas?
Ya sabemos cuánto gastamos, ¿cómo podríamos reducirlo? En algunos hogares basta con cambiar algunos pequeños comportamientos, pero en otros es necesario llevar a cabo una reforma más profunda. Como eso ya es meterse en palabras mayores, conviene tener claro qué es lo que queremos hacer y cuál será su impacto en nuestro consumo. La Fundación Laboral de la Construcción incluye en su web un simulador que permite seleccionar una serie de mejoras para nuestra casa o edificio y comprobar cómo nos beneficiarían en cuanto a consumo energético, gasto económico e incluso emisiones de CO2.
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Para utilizarlo, basta con escribir “invitado” tanto en el campo del usuario como en el de la contraseña. A partir de ahí, hay que seleccionar las características generales de nuestra casa, como la provincia en la que se encuentra, su temperatura interior media en verano y en invierno, el tipo de edificio y el sistema de calefacción.
Con esos datos, calcula la calificación energética de la vivienda y el consumo y coste que conlleva, y solo queda ir probando: cambiar la carpintería y los cristales de las ventanas, la cubierta del tejado o el suelo son algunas de las reformas que hacen descender el gasto estimado en energía, pero dependiendo de los materiales ese descenso será más o menos pronunciado.
Domótica en casa controlada desde el móvil
La automatización de muchos de los principales sistemas de consumo eléctrico, como la iluminación o la calefacción, unida a la posibilidad de controlarlos desde el ordenador o directamente desde el móvil son una de las tendencias en lo que a favorecer el ahorro se refiere.

En este sentido, existen varias opciones que apuestan por esta nueva domótica. Una de ellas es Wattio, un producto creado por una empresa de San Sebastián y formado por cuatro componentes: Bat, un monitor que se coloca en el cuadro eléctrico; Gate, el panel de control táctil desde el que manejar todo el sistema; Pod, un adaptador para los enchufes y Thermic, un termostato.
Utilizando esos cuatro elementos se puede automatizar el encendido y apagado de los electrodomésticos y dispositivos, así como programar la calefacción, desde el ordenador o desde el móvil. Esto permite, por ejemplo, encender la calefacción un rato antes de llegar a casa y apagarla por las noches cuando haya llegado a una temperatura determinada, o asegurarnos de que la televisión no ha quedado en modo standby, consumiendo energía. El pack básico cuesta 199 euros y ya se puede reservar a través de su página web.
Pensado más allá de la electricidad, para controlar también otros gastos, está el sistema C3M Energy Manager, de nuevo de factura española. Lo que hace este servicio es monitorizar el consumo, utilizando analizadores que instalan en los principales cuadros de consumo de una casa (o una oficina) y conectándolos a una red wifi.
“A partir de ese punto, iniciamos un control y avisamos si hay un uso indebido de la energía”, explicaba el CEO de C3M, Juan Alonso Bermúdez de Castro a Teknautas. “Podemos medir cualquier tipo de consumo que funcione por pulsos, tanto electricidad, como agua y gas. Tenemos los topes de esos consumos, observamos las horas, cruzamos los datos y enviamos alarmas al usuario por email, SMS e incluso WhatsApp”. La compañía promete un ahorro de hasta el 60% en las facturas.
Para no dejarte la televisión encendida
Estás en el salón viendo la tele, te vas a la cocina a hacer la cena y la tele se queda encendida, hablándole a las paredes y consumiendo electricidad. Y quien dice la tele dice una lámpara, la cadena de música o cualquier otro dispositivo. Nos ha pasado a todos, por mucho que intentemos evitarlo.
Para ayudarnos está EnergyEgg, un dispositivo que sabe cuándo has salido de la habitación y apaga la tele (y lo que haga falta) por ti. Cuesta 40 libras (unos 48 euros al cambio) y se puede adquirir en varios colores a través de la web.
Pensado más allá de la electricidad, para controlar también otros gastos, está el sistema C3M Energy Manager, de nuevo de factura española. Lo que hace este servicio es monitorizar el consumo, utilizando analizadores que instalan en los principales cuadros de consumo de una casa (o una oficina) y conectándolos a una red wifi.
“A partir de ese punto, iniciamos un control y avisamos si hay un uso indebido de la energía”, explicaba el CEO de C3M, Juan Alonso Bermúdez de Castro a Teknautas. “Podemos medir cualquier tipo de consumo que funcione por pulsos, tanto electricidad, como agua y gas. Tenemos los topes de esos consumos, observamos las horas, cruzamos los datos y enviamos alarmas al usuario por email, SMS e incluso WhatsApp”. La compañía promete un ahorro de hasta el 60% en las facturas.
Para no dejarte la televisión encendida
Estás en el salón viendo la tele, te vas a la cocina a hacer la cena y la tele se queda encendida, hablándole a las paredes y consumiendo electricidad. Y quien dice la tele dice una lámpara, la cadena de música o cualquier otro dispositivo. Nos ha pasado a todos, por mucho que intentemos evitarlo.
Para ayudarnos está EnergyEgg, un dispositivo que sabe cuándo has salido de la habitación y apaga la tele (y lo que haga falta) por ti. Cuesta 40 libras
(unos 48 euros al cambio) y se puede adquirir en varios colores a través de la web.

El gadget está compuesto de dos partes, un sensor de movimiento y un adaptador para los enchufes. Cuando el huevo no detecta ningún movimiento durante un periodo de tiempo predeterminado por el usuario, envía la señal al adaptador del enchufe para que corte la corriente, apagando los dispositivos conectados a él. Por suerte, avisa con un pitido un minuto antes de apagarse, lo que te da tiempo a agitar los brazos para indicar tu presencia si es que estabas en la habitación completamente quieto.
También tiene un botón en la parte superior con la que apagar en un solo movimiento, todo aquello a lo que esté conectado. Funciona con varios adaptadores al mismo tiempo en un radio de 20 metros, y puedes conectar un ladrón múltiple a los adaptadores, así que prácticamente todos tus dispositivos pueden quedar dentro de su radio de acción.
Pon a descansar tu ordenador con un ‘clic’
Te levantas para ir al baño, para comer o para lo que sea y tu ordenador se queda encendido. “Con lo que tarda en arrancar…” es el motivo más habitual. Pero ya no es cosa de apagarlo, es que tampoco hacemos un buen uso de la configuración de energía para reducir su consumo en los ratos que no estamos sentados delante.
Ecobutton pretende acabar con eso gracias a su facilidad de uso y a que sirve como un recordatorio constante de que podemos ahorrar energía con un solo clic. Se trata de un botón físico conectado vía USB al ordenador que activa la opción de ahorro de energía al pulsarlo.
Cuesta unas 13 libras (15,5 euros) y se puede adquirir por internet. Para utilizarlo, hay que instalar el software gratuito que hará que el ordenador reconozca el botón. Una vez hecho esto, solo hay que pulsar el botón cuando vayamos a dejar de utilizar el equipo y éste entrará en el modo de menor consumo que hayamos prefijado. Para volver a despertarle, solo hay que pulsar de nuevo el botón.
Para motivar a su uso, Ecobutton no solo se ilumina en distintos colores según lo que estemos consumiendo, sino que mantiene las cuentas de cuánta energía hemos conseguido ahorrar gracias a él.
Una compañía eléctrica virtual
Del mismo modo que las operadoras de telefonía virtuales están conquistando su cuota de mercado a base de precios más bajos que las tradicionales, Holaluz es una compañía eléctrica virtual que quiere atraer clientes gracias a su oferta. De hecho, funcionan de forma similar: compran la energía en el mercado mayorista (aseguran que toda proviene de fuentes renovables) y alquilan la red eléctrica para llevarla a casa de sus clientes.

Funcionan exclusivamente a través de internet, y prometen un ahorro de hasta el 30% en la factura eléctrica para negocios. No dan cifras concretas en cuanto al ahorro de particulares, pero sus precios están publicados en su página web y ofrecen un servicio de comparativa que permite averiguarlo en cuestión de segundos. Además, no obligan a firmar ninguna permanencia y aseguran una atención al cliente personalizada.
Métodos alternativos para cargar tu móvil
Desenchufar los cargadores una vez que la batería de nuestros dispositivos móviles está completamente cargada es otro de esos consejos habituales que no todos seguimos. Es conveniente acordarse de hacerlo, pero si lo que quieres es ahorrar de verdad en este aspecto, aquí van a modo de ejemplos anecdóticos dos gadgets para que cargues el móvil de formas alternativas.
Solepower es una plantilla para los zapatos que acumula la energía de los pasos en una pequeña batería que podemos colocar alrededor de nuestro tobillo o engancharla en el propio zapato. Una vez nos hemos dado un buen paseo, la batería estará llena, así que la podemos enchufar al teléfono y recargarlo. Según sus desarrolladores, se puede cargar completamente un iPhone con un paseo de entre 4 y 8 kilómetros, según el ritmo que llevemos.

Sin embargo, estamos en época de frío y lluvia, y quizá no te apetezca nada salir a pasear. Si eres de los que prefiere quedarse en casa tranquilamente disfrutando de la tranquilidad y el calor del hogar, iRock es tu silla. O tu mecedora, mejor dicho, ya que es el balanceo lo que produce la energía para cargar tu dispositivo (un iPad en este caso).
Claro que, en el caso de este peculiar gadget, lo que ahorremos en electricidad difícilmente compense el precio, que era de unos 1.300 dólares en su primera versión. Eso, sumado a que una hora de balanceo supone una carga del 35%, lo convierte en una opción cara y más bien poco eficiente. Sale bastante más a cuenta acostumbrarse de una vez a desenchufar el cargador

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