En tecnología las empresas tienen que tomar una decisión complicada cuando presentan una nueva función o producto.

¿Se debe mostrar lo que es capaz de hacer la versión actual o la visión que tenemos para el nuevo campo que abren?


Por ejemplo, este es el vídeo con el que Google presentó sus famosas gafas Google Glass:


Y este el que Microsoft usó para Kinect:

Kinect lleva unos años en el mercado. Glass no ha salido oficialmente a la venta pero todos sabemos más o menos cómo funcionan las gafas y por qué lo que se ve en ese vídeo es, de momento, imposible de lograr.

Para Google o Microsoft es difícil resistirse a la tentación de crear esos videos porque lo que estás presentando no es sólo el producto comercial que llegará a finales de año o dentro de un año o dos, sino la visión de conjunto que te ha llevado a crearlo. Cómo se suele decir en el mundo del marketing, lo que debes vender no es el filete sino el chisporroteo que hace la carne cuando sale de las brasas.

Cuando Google enseña ese video de Glass no está diciendo “éste es el producto que tendrás en tus manos” sino “ésta es la razón por la que hemos querido crear unas gafas, porque pensamos que algún día la interacción entre las personas y la tecnología podría ser así”.

Microsoft mostró una de los avances más excitantes que he podido ver en los últimos años, las gafas de realidad aumentada HoloLens. El vídeo con el que se anunciaron es increíble:

Microsoft incluso mostró en el escenario un modelo inalámbrico, como el del vídeo. En la zona de demostración después de la conferencia, sin embargo, el producto era bastante más pesado, tenía que estar conectado a un paquete de baterías y las demostraciones estaban guionizadas. No se podían sacar fotografías así que sólo tenemos el testimonio de los periodistas que pudieron probarlo.

¿Es la experiencia similar a la del vídeo? No. ¿Es por eso una mala experiencia? En absoluto. HoloLens es increíble, pero lo es precisamente por la idea que vende, no necesariamente por lo que es capaz de hacer a día de hoy. Necesitará varias generaciones para alcanzar su potencial y posiblemente el camino que siga sea diferente al que imaginamos ahora pero nos adelanta la idea de un futuro en el que la mezcla de mundos sintéticos y reales será posible.

No hay una única respuesta a cómo nos relacionaremos con la tecnología en 10 años
y lo más probable es que acabemos teniendo una compleja mezcla de interfaces y sistemas. Hablaremos con asistentes virtuales, tocaremos superficies táctiles y también, por qué no, veremos espejismos digitales cuando sea necesario. Espero que sea necesario muy a menudo. Yo estas gafas sí me las pongo  Píldoras del día

Es curioso que Microsoft haya presentado el producto la misma semana que Google cambia el enfoque de Glass. Google, por cierto, ha invertido en un producto bastante similar a HoloLens y que de momento desarrolla en secreto la empresa Magic Leap. Con Google y Microsoft detrás, es probable que esta tecnología consiga el impulso necesario para despegar

Whatsapp 
tiene versión Web pero sólo para Android / Windows Phone y PCs con navegadores Chrome. No es una limitación fácil de superar. Tal y como está edificada la estructura de Whatsapp la versión de iOS es casi imposible y la compatibilidad con otros navegadores dependerá de lo rápido que decidan dar soporte al estándar (en revisión aún) WebRTC.

El presidente de Blackberry ha sugerido que sea obligatorio desarrollar apps para todas las plataformas, no sólo para iOS y Android (y con suerte Windows Phone). Tal cual. Lo más sorprendente es que uno de los argumentos de venta de Blackberry es que el sistema operativo puede ejecutar aplicaciones de Android.
Ya hay -¡por fin!- aplicación de Dropbox para Windows Phone.

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