A finales de los años 90, la revolución empresarial fueron los sistemas CRM.

Estos venían a ayudar, ordenar y automatizar los procesos de marketing en relación con los clientes. Sólo vimos la ventaja de la automatización y el ahorro de costes de la gestión comercial, en vez de aprovechar la tecnología para implantar una verdadera cultura de calidad en relación con el cliente.

Vimos anteriormente que los clientes eran cada vez más accesibles, a través de más canales y durante más tiempo, y con estas herramientas capaces de automatizar y abaratar los contactos comerciales, los CRM se convirtieron en auténticas ametralladoras de clientes.

Además por aquellos años, se puso de moda la personalización, ignorando un principio de nuestro cerebro: la sencillez. Ante excesivas opciones, nos paralizamos y aplazamos la decisión.

Así descubrimos el milagro de crecer a golpe de contacto y promoción, con infinidad de combinaciones. Así fue como matamos, entre todos, a la gallina de los huevos de oro.

El cliente disperso, el cliente saturado

Con nuestros hábitos de siempre, pero amplificados y compartidos gracias a las nuevas tecnologías, empezamos a recibir todo tipo estímulos publicitarios y contactos comerciales que buscan vendernos servicios y productos.

En un articulo anterior (parte II) habíamos tomado conciencia de la cantidad de aplicaciones que entran en nuestro smartphone, provocando serios problemas de concentración. Sólo tenemos que pensar cómo vemos la televisión: ¡como toda la vida, sentados en el sofá!

Es cierto que ahora tenemos una tableta, un portátil o el teléfono en la mano.

Nuestra atención está muy dispersa
Si uno de estos momentos nos entra una llamada que intenta vendernos algo, ¿podéis imaginar el resultado?

¿Recibes llamadas todos los días, a distintas horas, mensajes cortos, incluso algunos emails intentando venderte productos? Lo hemos sufrido todos en nuestras carnes.

Os voy a revelar un secreto: conocer al cliente es muy fácil, nosotros somos clientes.

Estamos intoxicados: tenemos una sobrecarga informativa y especialmente en lo que se refiere al ámbito comercial.

La Crisis y el gratis total

La Crisis

Con esta crisis económica tan prolongada, todos hemos ido adecuando nuestro consumo a nuestra menguante renta disponible.

Sn embargo, esto no se hace de golpe y es bastante traumático. Como todos sabemos, el pasar de lo malo a lo bueno es mejor que pasar de lo bueno a lo malo.

La empresas se enfrentaban a:

Clientes que pasaron de presumir por cuánto se gastaban a enaltecer la austeridad como principio.

Compradores caza-gangas: tengo menos poder adquisitivo pero no pienso renunciar a ciertos placeres.

Low cost y marca blanca: proliferan compañías que ofrecían productos básicos optimizando mucho los costes competiendo con las marcas tradicionales.

Nos apañamos: podemos prescindir de ciertos extras para no renunciar a lo verdaderamente importante del servicio.

 

Gratis total

Paralelo a este proceso, la democratización de la tecnología hizo que la mayor parte de los hogares tuvieran potentes ordenadores con velocidades cada vez mayores a nuestra disposición.

Con equipos y conexiones potentes, cada vez más veloces, nos enamoramos. No ha nada que más le guste a nuestro cerebro que la inmediatez. Nos gusta tener las cosas y ¡tenerlas ya!

Empezaron a proliferar foros de discusión, donde todos podíamos exponer nuestras opiniones y nuestros conocimientos: foros, blogs o espacios abiertos como Wikipedia. Nació la economía colaborativa.

Muchas se ha transigido en la legalidad con las descargas a través de programas que accedían a espacios donde la gente compartía contenidos.

Con los smartphones, proliferaron todo tipo de aplicaciones ¡GRATUITAS! Desde juegos a linternas, reglas, organizadores y un eterno etcétera.

Todo estaba cambiando “antes si querías aprender a hacer algo, tenías que ir a un curso o hacerte autodidacta con libros, si no, pagar costosas consultorías … Ahora sólo hay que buscarlo en internet, porque hay gente que está dispuesta a difundir sus conocimientos ¡GRATIS!”.

¿Cómo es posible vender nuestros productos y servicios a unos clientes reales o potenciales en estas condiciones?

 

Si te son de interés aquí tienes los enlaces a la I primera y a la 2 segunda parte

Estamos preparando la IV parte. La tecnología también inunda a las Empresas.

¡No te la puedes perder!

Por Melchor Sáez de LaAnet

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